Historia de los hemisferios cerebrales ¿Realidad o ficción?
La idea que los hemisferios tienen diferentes funciones apareció en 1860, cuando Paul Broca descubrió que el hemisferio izquierdo, es fundamental en el procesamiento del lenguaje. Es hasta 1861, cuando observó a su primer paciente llamado Leborgne apodado "Monsieur Tan" en el Hospital Bicetre, este solo podía producir la sílaba "tan", aunque tenía una buena comprensión del lenguaje, por ser capaz de seguir órdenes verbales sencilla. Después de observar que no tenía ningún problema en los órganos bucofonatorios (son los implicados en el proceso de articulación y deglución, como son los labios, lengua, maxilares, mejillas, paladar, mandíbula, entre otros) ni del tracto vocal (cavidad del cuerpo humano donde se filtra el sonido producido, su función es la producción y la configuración del sonido del habla), se planteó si el problema se centraba en el cerebro. Cuando muere Leborgne, Broca observó que su cerebro tenía una lesión en el lado izquierdo, continuó estudios y para 1864, tras realizar estudios post mortem a casi una decena de afásicos, observó que todos tenían una lesión en la corteza prefrontal inferior del hemisferio izquierdo, es así, como esta área implicada en la producción del habla recibe el nombre de área de Broca.
Estas investigaciones realizadas por Broca fueron verificadas por Karl Wernicke, neurólogo y psiquiatra alemán, publicando un libro "El síndrome afásico en 1874, donde describió lo que denomino como afasia sensorial (Imposibilidad para comprender el significado del lenguaje hablado), distinguiendola de la afasia motora (dificultad para recordar los movimientos articulatorios del habla), describiendolo diferente a lo descrito por Broca, por observar afectación en otra área cerebral del hemisferio izquierdo que causaba problemas. Wernicke encontró que una lesión en el lóbulo temporal generaba que el paciente perdiera la habilidad de comprender el lenguaje, aunque mantenía cierta capacidad de hablar de manera fluente (frases sencillas o sin sentido).
John Hughlings Jackson, neurólogo inglés, introdujo el concepto de la dominancia cerebral, que indica que un hemisferio domina la función mental sobre el otro. Como el lenguaje era visto como el más complejo de los procesos psicológicos y los estudios de Broca y Wernicke habían demostrado que ésta se llevaba a cabo fundamentalmente en el hemisferio izquierdo, se consideró el hemisferio dominante. Desde entonces, esta idea sobre la preponderancia del hemisferio izquierdo tuvo una gran aceptación y no fue hasta la segunda década del siglo XX que comenzó a gestarse la idea que cada hemisferio tiene su propia especialización. Estudios como los llevados a cabo por Brenda Milner en el Instituto Neurológico de Montreal fueron importantes para este cambio de concepción. Milner descubrió que la afectación del área temporal del hemisferio derecho producía una incapacidad de adquirir nuevos recuerdos mientras que capacidades cognitivas como el lenguaje, la percepción y el razonamiento seguían intactos, sin embargo los estudios que resultaron cruciales para extender la idea del hemisferio está especializado en unas funciones concretas fueron los llevados a cabo por Rogers Sperry; este científico se interesó por estudiar a un veterano de 48 años, cuya cabeza recibió el impacto de fragmentos de bomba durante la Segunda Guerra Mundial y que había comenzado a tener ataques de epilepsia. Durante más de cinco años los médicos del White Memorial Medical Center en los Angeles probaron múltiples remedios, sin éxito. Finalmente los cirujanos optaron por cortar su cuerpo calloso y los ataques pararon como por arte de magia, sin embargo, el efecto secundario, fue que aunque podía comprender órdenes verbales (levantar manos, doblar rodillas), solo las podía realizar con el lado derecho de su cuerpo. No podía responder con su lado izquierdo, evidenciando que el hemisferio derecho controla las extremidades izquierdas, no comprendía esa clase de lenguaje.
A raíz, de este hallazgo, el mundo científico comenzó a trabajar sobre la hipótesis de que cada hemisferio y cada área cerebral estarían dedicados a unas funciones determinadas. Se inició, entonces una carrera sin descanso para resolver uno de los grandes enigmas para la humanidad: descubrir las funciones que alberga cada hemisferio cerebral.
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